Dónde habrán quedado
todas las caricias,
todos los abrazos.
Dónde habrán quedado
todos mis versos,
y aquellos pareados.
Dónde habrán quedado,
todas mis penas
que componían mis letras
Dime, mi Musa, dónde te has quedado,
para cuando quieras volver,
te esperaré aquí llorando.
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